31/12/14

Oda a la bella desnuda


Tu cuerpo ¿en qué materia, 
ágata, cuarzo, trigo, 
se plasmó, fue subiendo 
como el pan se levanta 
de la temperatura, 
y señaló colinas 
plateadas, 
valles de un solo pétalo, dulzuras 
de profundo terciopelo, 
hasta quedar cuajada 
la fina y firme forma femenina? 
No solo es luz que cae 
sobre el mundo 
la que alarga en tu cuerpo 
su nieve sofocada, 
sino que se desprende 
de ti la claridad como si fueras 
encendida por dentro. 
Debajo de tu piel vive la luna.


Pablo Neruda
Imagen: Antonio Duarte

28/12/14

Olvido



"Se te hizo fácil olvidarme,
 reemplazar las horas y los recuerdos,
 reinventar caricias en otros labios...
 Se te hizo fácil. Pero ya me acostumbré a esto de no hablarte,
 a no esperarte... a no insistir.
 Te olvido de a poco pero a veces
 suelo ser tan frágil como el llanto y te extraño." 

-Gabriel García Márquez 
Imagen : Rob Hefferan



22/12/14

Mas metros de soledad

¿Cuánto tiempo les queda, a los libros,
tal y como los conocemos? El olor de las hojas
cosidas en el orden necesario
para la emoción, el peso inequívoco
de la materia sostenida entre
las manos, la elasticidad de la luz
–a veces cóncava, a veces convexa–
al pasar cada página. Imagino
la perplejidad de todos esos seres
nacidos con el alma de papel
–la carcoma, por ejemplo, las arañas, los ácaros,
los insomnes que chupan la sangre blanca
de la celulosa– cuando ya no existan
libros en las repisas. Pienso también,
claro, en las ventajas derivadas
del cambio: las casas se expandirán,
se abrirá el espacio, aparecerán
paredes donde no las sospechábamos.
De esa manera tendremos más metros
cúbicos para llenarlos de soledad.

Gemma Gorga

19/12/14

Suite Francesa


Estaban solos –se creían solos- en la enorme casa dormida. Ninguna confesión, ningún beso, sólo el silencio… Más tarde, conversaciones febriles y apasionadas durante las que hablaban de sus respectivos países, de sus familias, de música, de libros… Los invadía esa extraña felicidad, esa prisa por desnudar el corazón ante el otro, una prisa de amante que ya es una entrega, la primera, la entrega del alma que precede a la del cuerpo. «Conóceme, mírame. Soy así. Esto es lo que he vivido, esto es lo que he amado. ¿Y tú? ¿Y tú, amor mío?» Pero, hasta ahora, ni una palabra de amor. ¿Para qué? Son inútiles cuando las voces se alteran, cuando las bocas tiemblan, cuando se producen esos largos silencios… Lucile acarició con suavidad los libros extendidos sobre la mesa, libros alemanes con las páginas impresas en esa escritura gótica que resulta extraña y repulsiva. Alemanes, alemanes… «Un francés no me habría dejado salir sin más muestra de amor que besarme las manos y el vestido…
Suite francesa" de Irene Nemirovski.

16/12/14

Noche de luciérnagas


“Morir ahora juntos...”
Me susurró al oído
una noche de luciérnagas.

Suzuki Masajo

12/12/14

Ella...

Ella era la pequeña ventanita, el minúsculo agujero luminoso en mi sombría cueva de angustia. Era la redención, el camino de la liberación. Ella tenía que enseñarme a vivir o enseñarme a morir; ella, con su mano segura y bonita, tenía que tocar mi corazón entumecido para que al contacto con la vida floreciera o se deshiciese en cenizas”.
El Lobo estepario" (Herman Hesse)