13/1/10

El Violonchelista


Baja con su violonchelo y un taburete por la estrecha escalera y sale a la calle desierta. La guerra sigue desatada a su alrededor y él se sienta en el pequeño cráter que la bomba ha abierto en el lugar de impacto. Toca el Adagio de Albinoni. Lo hará a diario durante veindos días, un día por cada persona asesinada. O, cuanto menos, lo intentará. No está seguro de que vaya a sobrevivir. No está seguro de que le queden suficientes adagios.

El violonchelista de Sarajevo. Steven Galloway.
Imagen:Modigliani.


4 comentarios:

  1. Impresionante fragmento Odel, me quedé temblamndo...

    El cuadro, maravilloso.

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  2. No es nada fácil lograr con cuatro palabras dibujar un cuadro verosimil de la destrucción, o de la propia vida. Con textos así, uno baja la cabeza y no puede decir nada. Nada...

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  3. Es verdad a veces cutro palabras lo dicen todo

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