30/11/10

El silencio




El silencio cae de los arboles
como frutos blancos,
madurados bajo la piel de otra luz.
El silencio de va amontonando sobre el suelo
y termina por borrar el camino.
El silencio borra todos los caminos,
como la noche o la nieve.

Desapareceran asi el comienzo y el fin,
la partida y la llegada,
que se confunden en una sola marcha.

Bajo el silencio
se igualan todos los extremos.


Roberto Juarroz
Imagen:ionut

28/11/10

La habitacion cerrada

Todos queremos que nos cuenten historias, y las escuchamos del mismo modo que las escuchábamos de niños. Nos imaginamos la verdadera historia dentro de las palabras y para hacer esto sustituimos a la persona del relato, fingiendo que podemos entenderle porque nos entendemos a nosotros mismos. Esto es una superchería.

Existimos para nosotros mismos, quizá, y a veces incluso vislumbramos quiénes somos, pero al final nunca podemos estar seguros, y mientras nuestras vidas continúan; nos volvemos cada vez más opacos; más y más conscientes de nuestra propia incoherencia. Nadie puede cruzar la frontera que lo separa del otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a si mismo.”

La habitación cerrada- Paul Auster

Imagen:Hooper



26/11/10

El viento


Como una espada de angel,encendida,
o como un dios que sueña llamaradas,
desde estas cumbres arduas y calladas,
te miro,viento que me das la vida.

Tu despiertas la tierra adormecida
y en el abismo azul de las quebradas
tiendes sobre las aguas encantadas
tu ademan de ternura y de partida.

Vena del aaire, espejos de sonidos,
cauce para la voz y el pensamaiento,
vivo señor, el-de-los-pies-perdidos.

Junto a tu boca exacta y detenida
heco recuerdo yo te pienso,viento,
como una espada de angel,encendida.

Jorge Calvetti
Imagen:Corot

10/11/10

Cannery Row

La palabra es un símbolo y una delicia que absorbe a hombres y paisajes, árboles, plantas, fábricas y pekineses.
Luego la Cosa se convierte en la Palabra y luego de nuevo en la Cosa, pero transformada en una urdimbre fantástica. La Palabra absorbe Cannery Row, lo digiere y lo vomita, y la barriada ha adquirido el brillo de las praderas verdes y los mares que reflejan el cielo. Lee Chong es más que un tendero chino. Debe serlo. Quizá lo equilibra el mal y lo sostiene el bien: un planeta asiático al que mantiene en su órbita la atracción de Lao Tsé la fuerza centrífuga del ábaco y la caja registradora. Lee Chong suspendido, girando, dando vueltas entre alimentos y fantasmas. Un hombre duro con una lata de judías…Un hombre suave con los huesos de su abuelo. Porque Lee Chong cavó en la tierra del cementerio chino y encontró los huesos amarillos, la calavera con restos de pelo gris adheridos a ella. Y Lee empaquetó cuidadosamente los huesos, los fémures y las rectas tibias, poniendo la calavera en el medio, con la pelvis y la clavícula alrededor y las costillas curvándose hacia un lado.
Luego Lee Chong envió a su quebradizo y empaquetado abuelo a través del Océano Pacífico para que yaciera finalmente en tierra santificada por sus antepasados.
Mack y los muchachos también giran en sus órbitas.
Son las Virtudes, las Gracias, las Bellezas de la descascarillada locura vertiginosa de Monterrey y del Monterrey cósmico, donde los hombres asustados y hambrientos destrozan sus estómagos en la lucha por asegurarse algo de comida, donde los hombres hambrientos de amor destrozan todo lo que hay de amable en ellos mismos.

Párrafo extraído del libro Cannery Row, de John Steinbeck


Imagen:Tom Nicholas

6/11/10

La Mendiga

La mendiga bajaba siempre a la misma hora y se situaba en el mismo tramo de la escalinata, con la misma enigmática expresión de filósofo del siglo diecinueve. Como era habitual, colocaba frente a ella su paltillo de porcelana de Sérves pero no pedía nada a los viandantes. Tampoco tocaba quena ni violín, o sea que no desafinaba brutalmente como los otros mendigos de la zona.

A veces abría su bolsón de lona remendada y extraía algún libro de Hölderlin o de Kierkegaard o de Hegel y se concentraba en su lectura sin gafas.

Curiosamente, los que pasaban le iban dejando monedas o billetes y hasta algún cheque al portador, no se sabe si en reconocimiento a su afinado silencio o sencillamente porque comprendían que la pobre se había equivocado de época.

Autor: Mario Benedetti
Imgen: Iman Maleki

4/11/10

Ventana sobre la palabra



Magda recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas. En cajas rojas guarda las palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia. A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieran. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá.

Eduardo Galeano

2/11/10

Arpa rota en la lluvia



Cuando la lluvia tenue detiene los recuerdos
sobre el mar solitario; cuando el tren ha pasado
dejando en los durmientes sus metálicas furias;
cuando tiembla el almendro tocado por los muertos;
cuando la breve música te borra las distancias
y silencioso escuchas que tu cuerpo ha partido,
que sólo estás en otro cuerpo que te recuerda,
vibra tu mano rota mordida por la lluvia.
Murmullos de la muerte, que ascienden lentamente
por tu cuerpo deshecho, hace brotar la lluvia,
cuando alguien pisotea tu cabello extendido
y tu ramaje yerto poblado por el viento.

Miguel Arteche

Imagen:Dimitri Spiros