30/1/09

De Napoleon a Josefina



De Napoleón a Josefina


No le amo, en absoluto; por el contrario, le detesto, usted es una sin importancia, desgarbada, tonta Cenicienta. Usted nunca me escribe; usted no ama a su propio marido; usted sabe qué placeres sus las letras le dan, pero ¡aún así usted no le ha escrito seis líneas, informales, a las corridas!
¿Qué usted hace todo el día, señora? ¿Cuál es el asunto tan importante que no le deja tiempo para escribir a su amante devoto? ¿Qué afecto sofoca y pone a un lado el amor, el amor tierno y constante amor que usted le prometió? ¿De qué clase maravillosa puede ser, que nuevo amante reina sobre sus días, y evita darle cualquier atención a su marido? ¡Josephine, tenga cuidado! Una placentera noche, las puertas se abrirán de par en par y allí estaré.
De hecho, estoy muy preocupado, mi amor, por no recibir ninguna noticia de usted; escríbame rápidamente sus páginas, páginas llenas de cosas agradables que llenarán mi corazón de las sensaciones más placenteras.
Espero dentro de poco tiempo estrujarla entre mis brazos y cubrirla con un millón de besos debajo del Ecuador.
Napoleón Bonaparte

28/1/09

Los domingos de Jean Dézert


Jean de La Ville de Mirmont, es un joven escritor que murio murió joven, en la guerra, dejando sólo un puñado de poemas, algunos cuentos,y este libro.
Su personaje Dézert es un funcionario de París incapacitado para la acción. Un tipo gris que solo conoce la rutina, . Lo único que le motiva un poco es el domingo. El día de la semana que a otros deprime es el que Dézert emplea para pasear por la ciudad y para hacer lo que recomiendan en los folletos publicitarios: ir a los baños públicos, entrar en restaurantes distintos a los que frecuenta... hasta que aparece la pizpireta y alocada Elvire Barrochet que lo aborda para hacerle la vida imposible.
Es una novela que habla sobre el vacío existencial, que perdura en nosotros ,incluso despues después de leerla. La filosofía de este funcionario gris queda demostrada en este párrafo:

Pero, sobre todo, Jean Dézert hace suya una gran virtud: él sabe esperar. Durante toda la semana espera el domingo. En su ministerio, espera el ascenso, mientras espera la jubilación. Una vez jubilado, esperará la muerte. Él considera la vida una sala de espera para viajeros de tercera clase. Una vez adquirido el billete, no le queda más que, sin moverse, mirar pasar a los ferroviarios por el andén. Un empleado le avisará cuando arranque el tren; pero él no sabe hacia qué estación.

25/1/09

La vendedora de huevos


Fundamentalmente es una novela para hacernos sentir. Eva, nuestra protagonista, es una mujer de campo alemana que vive cercana a la Selva Negra. Una mujer cuyas únicas inquietudes son el trabajo de la granja ,y que vive completamente aislada.

Su vida da un giro radical cuando decide dar cobijo en su granja a un joven estudiante judío y a una misteriosa niña. Mientras, su marido es obligado a alistarse en el ejército y sus hijos caen hipnotizados por el movimiento de las Juventudes Hitlerianas. La vendedora de huevos es una historia memorable y tierna en la que Eva va tomando conciencia del momento político que le ha tocado vivir.

Al irrumpir la agitación política en su granja y en su vida, de la manera más inesperada, Eva aprende del mundo y se descubre a si misma y su lado más humano.".

Es una novela de ansiedades y de inquietudes,y que indaga sobre la maduración y el despertar de una mujer a los problemas que se le avecinan y que transformarán todo su mundo. La falta de amor y de roce puede ser el factor que decida la ayuda que prestará a nuestro otro protagonista.

Una buena novela que esta llena de pura tensión,ahunque no ocurre gran cosa durante el libro;
siendo de carácter más bien intimista, con una protagonista principal que analiza en profundidad sus sentimientos y pensamientos a cada paso, incluyendo momentos sensuales.
Realmente vale la pena perder un poco de tiempo para leer esta novela de Linda D Cirino

23/1/09

Dietario


Me fascina el frío. He legado a veces a pensar que el frío dice la verdad sobre la esencia de la vida. Detesto el verano, el sudor de las suegras despatarradas por las arenas del circo de las playas, los arroces al sol, los pañuelos para el sudor. Me parece que el frío es muy elegante y se ríe de una manera infinitamente seria. Y el resto es silencio, vulgaridad, hedor y gordura de caseta de baño. Me fascinan los copos suspendidos en el aire. Amo las ventiscas, la espectral luz de la lluvia, la azarosa geometría de la blancura de las paredes de esta casa, donde reina el más gélido frío existencial.
Enrique Vila-Matas, Dietario voluble