20/4/11

El Hogar


La niña sólo tenía cuatro años, sus recuerdos, probablemente, ya se habían desvanecido y su madre, para concienciarle del cambio que les esperaría, la llevó a la cerca de alambre de espino; desde allí, de lejos, le enseñó el tren.

-¿No estás contenta? Ese tren nos llevará a casa.

-Y entonces ¿qué pasará?

-Entonces ya estaremos en casa.

-¿Qué significa estar en casa? –preguntó la niña.

-El lugar donde vivíamos antes.

-¿Y qué hay allí?

-¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás encontremos también tus muñecas.

-Mamá, ¿en casa también hay centinelas?

-No, allí no hay.

-Entonces, de allí ¿se podrá escapar?


Istvan Örkeny

Imagen:Francesca Strino

3 comentarios:

Wendy dijo...

Una maravillosa forma de festejar el día de la madre, has conseguido captar un flujo de amor y complicidad, excelente pastel.
Besos.

Beatriz dijo...

Me gustan los hogares en donde las emociones brotan en cada rincón.
Te visitaré a menudo. Aquí sé que encontraré lo que mi sensibilidad espera.
Si me permites te linkearé entre en mi Lsta de Blogs.
Un abrazo

Odel dijo...

Gracias Beatriz por linquearme, te lo agradezco