25/4/10

En un Cafe




A veces me metía en un café,

acompañado de mi soledad

y quería pensar y no pensaba,

porque en la esquina del tumulto ajeno

me convocaba algún silencio simple,

uno es tan único que no consigue

ser como otros y menos no ser.

Nos levantamos y desmoronamos

con los recuerdos o con los despistes,

mirarse adentro, puede tener gracia,

y también puede convertirse en duelo,

nos conocemos tan precariamente

que respiramos y eso nos asombra.

El corazón aporta sus latidos

y los sentimos con un ritmo ajeno,

es cierto, me metía en un café,

y los otros pasaban y pasaban

pero no me dejaban ni un vistazo

para que lo escondiera en mi guarida.

Mario Benedetti

Imagen Aldo Balding

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