La lluvia, el viejo libro y tu recuerdo,
oh amigo, me han llenado de tristeza.
Se diría que en estas claras páginas
que están compenetradas de tu ausencia
vive un poco de tu alma, de tus ojos,
de tu sonrisa entre viril y tierna.
Y pienso que este libro, amigo mío,
es el único lazo que en la tierra une
mi vida frágil a la tuya deliciosa y serena.
Lentamente he cerrado el viejo libro
y el alma toda se me ha vuelto niebla.
Emilia Bertole