30/11/11

Mascara


Esta mañana fue difícil

colocarme la máscara

No lograba encajarla conmigo

Tal vez llegó el momento

de cambiarla.

De "Pulso interno"

Mª Clara Gonzalez

28/11/11

La ciudad que me gustaría vivir


Es una ciudad silenciosa al atardecer,cuando


las pálidas estrellas despiertan de su desmayo,

y ruidosa al mediodía con las voces

de filósofos orgullosos y mercaderes

que traen terciopelo de oriente.

Arden en ella los fuegos de las conversaciones,

pero no las piras.

Las iglesias antiguas, piedras enmohecidas

de una vieja oración, son su lastre

y su cohete espacial.

Es una ciudad justa,

donde no se castiga a los extranjeros,

una ciudad de memoria rápida

y de lento olvido,

tolera a los poetas, a los profetas les perdona

su escaso sentido del humor.

Es una ciudad construida

según los preludios de Chopin,

reducidos a la tristeza y la felicidad.

Pequeñas colinas la rodean

en un ancho anillo; allí crecen

fresnos de campo y el esbelto álamo,

juez en la nación de árboles.

Un río impetuoso atravesando el centro


de día y de noche murmura saludos

misteriosos de las fuentes,

de las montañas, del azul del cielo.


Adam Zagajewski.

Imagen:Ramón Subercaseaux

25/11/11

Carta de Framz Kafka a Felice Bauer


Una vez me escribiste que te gustaría estar sentada a mi lado mientras escribo; pero piensa que en ese caso sería incapaz de escribir...Escribir significa abrirse por completo...Por eso nunca puede uno estar lo suficientemente solo cuando escribe; por eso nunca puede estar rodeado del suficiente silencio cuando escribe, y hasta la noche resulta poco nocturna. Por eso nunca dispone uno de bastante tiempo, pues los caminos son largos y es muy fácil extraviarse...Muchas veces he pensado que la mejor forma de vida, para mí, consistiría en recluirme en lo más hondo de un sótano espacioso y cerrado, con una lámpara y todo lo necesario para escribir. Me traerían la comida y me la dejarían siempre lejos de donde yo estuviera, tras la puerta más exterior del sótano. Ir a buscarla, en camisón, a través de todas las bóvedas del sótano, sería mi único paseo. Luego regresaría a mi mesa, comería lenta y concienzudamente, y en seguida me pondría otra vez a escribir. ¡Las cosas que escribiría entonces! ¡De qué profundidades las arrancaría!"


Carta de Franz Kafka a Felice Bauer

24/11/11

Tiempo


“Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos”.

Facundo .Cabral

23/11/11

EL camino.....




¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? -Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar, dijo el Gato. No me importa mucho el sitio, respondió Alicia. Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes, le contestó el Gato.

Lewis Carroll-Alicia en el pais de las maravillas

21/11/11

Casualidades

Casualidades

"Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta.

Estoy esperando la casualidad de mi vida,

la más grande.

Y eso que las he tenido de muchas clases.

Sí, podría contar mi vida uniendo casualidades."


Los Amantes del circulo polar-Luis Meden



17/11/11

Experiencia del Amor



" Ante todo, el amor es una experiencia compartida por dos personas, pero esto no quiere decir que la experiencia sea la misma para las dos personas interesadas. Hay el amante y el amado, pero estos dos proceden de regiones distintas. Muchas veces la persona amada es sólo un estímulo para todo el amor dormido que se ha ido acumulando desde hace tiempo en el corazón del amante. Y de un modo u otro todo amante lo sabe. Siente en su alma que su amor es algo solitario. Conoce una nueva y extraña soledad, y este conocimiento le hace sufrir. Así que el amante apenas puede hacer una cosa: cobijar su amor en su corazón lo mejor posible; debe crearse un mundo interior completamente nuevo, un mundo intenso y extraño, completo en sí mismo. Y hay que añadir que este amante no tiene que ser necesariamente un joven que esté ahorrando para comprar un anillo de boda: este amante puede ser hombre, mujer, niño; en efecto, cualquier criatura humana sobre esta tierra. Pues bien, el amado también puede pertenecer a cualquier categoría. La persona más estrafalaria puede ser un estímulo para el amor. Un hombre puede ser un bisabuelo chocho y seguir amando a una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw dos décadas atrás. Un predicador puede amar a una mujer de la vida. El amado puede ser traicionero, astuto o tener malas costumbres. Sí, y el amante puede verlo tan claramente como los demás, pero sin que ello afecte en absoluto la evolución de su amor. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor turbulento, extravagante y hermoso como los lirios venenosos de la ciénaga. Un buen hombre puede ser el estímulo para un amor violento y degradado, y un loco tartamudo puede despertar en el alma de alguien un cariño tierno y sencillo. Por lo tanto, el valor y la calidad del amor están determinados únicamente por el propio amante. Por este motivo, la mayoría de nosotros preferimos amar que ser amados. Casi todo el mundo quiere ser el amante. Y la verdad a secas es que de un modo profundamente secreto, la condición de ser amado es, para muchos, intolerable. El amado teme y odia al amante, y con toda la razón. Pues el amante está tratando continuamente de desnudar al amado. El amante implora cualquier posible relación con el amado, incluso si esta experiencia sólo puede causarle dolor.


La Balada del Cafe Triste

Carson McCullers

Imagen:Brassai

14/11/11

Pensamiento oculto




Por qué no vienes hacia mí

y posas tu palabra en mi desnuda carne

y renuevas mi sangre y la calientas.

Juguemos con la lunática noche

a dibujar mi voz en tu boca

a danzar con música de agua.

... Me crispa este sutil secreto

mientras amablemente hablamos

de las mil noches y una noche.


Orietta Lozano

Imagen:Alejandro Rosemberg

10/11/11

Esta mujer y yo




Esta mujer y yo, que sumamos un siglo,

nos unimos en el beso original

bajo un desnudo encino,

sobre un lecho de hierba,

mientras la luz del sol se abre paso entre las ramas

como un ave que se acerca al nido.

Esta mujer y yo,

sobre la arena suave,

a la sombra de una roca sin pecado,


damos un giro a nuestros cuerpos

humedecidos en una sola voluntad.

Aunque en verdad esta mujer y yo

estamos en un lecho conocido,

imaginando, amando,

y en el momento exacto

nuestros cuerpos irradian una luz

que se escurre como el sol entre las hojas

o una gota en la piedra

y el manantial de la vida brota nuevamente

en estos dos cuerpos que reúnen un siglo

pero no han olvidado el origen del mundo.


Eduardo Langagne

Imagen:Erhard Lobrein

8/11/11

Sueño




¿Es o no es

el sueño que olvidé

antes del alba?

-Borges

Imagen Willian Corey

6/11/11

Primeras tardes en Lesbos



..Recuerda aquellas tardes de noviembre.


.La lluvia

hacía del patio claustro, y el olor de la tierra

subía hasta la ventana donde nos asomábamos.

Era entonces la casa aún más nuestro refugio,

la isla donde hacíamos madurar nuestras manos,

nuestros cuerpos apenas estrenados.


..Llovía,

pero era en otro mundo. En el nuestro, jardines

de carne florecían, arboledas en ciernes;

la rosa de tu vientre contradecía al otoño.

.....Recuerda aquellas tardes... Dormías tras el abrazo

lo mismo que un ambiguo ángel de primavera,

con la frente poblada de besos y de lirios.


Josefa Parra

3/11/11

Tardes con Margueritte



Es la historia de uno de esos encuentros improbables que pueden cambiar una vida. En un parque se encuentran Germain, de algo más de cincuenta años y casi analfabeto, y Margueritte, una frágil anciana apasionada por la lectura. Cuarenta años y cien kilos los separan. Por casualidad, Germain se sienta a su lado. Margueritte empieza a leerle extractos de novelas, haciéndole descubrir la magia de los libros, de la que Germain se creía excluido. De pronto, para la gente que le rodea, para sus amigos del café, que hasta ahora le han tomado por un tonto, la idiotez bascula y cambia de lado. Pero Margueritte se va quedando ciega y, por amor a esta adorable abuela traviesa y atenta, Germain se esforzará y le demostrará que es capaz de leerle cuando ella ya no pueda hacerlo.

" He decidido adoptar a Margueritte. Pronto celebrará su oc- togésimo sexto cumpleaños, más me vale no esperar dema- siado, los ancianos tienen tendencia a morir.

Así, si le pasa cualquier cosa, no sé, si se cae en la calle o le dan un tirón del bolso, ahí estaré yo. Podré llegar rápida- mente, quitar a la gente de en medio y decirles:

–Vale, está bien, váyanse, ahora me encargo yo: es mi abuela.

No lleva escrito en la frente que sólo sea adoptada.

Podría comprarle el periódico, los caramelos de menta, sentarme con ella en el parque, ir a Les Peupliers los domin- gos y, si me da la gana, quedarme a comer.

Evidentemente, antes también podía hacerlo, pero me habría sentido como de visita. A partir de ahora lo haré por gusto y también por deber. Ésta es la novedad: las obligacio- nes familiares. Algo que, lo percibo, me gustará."

Haber conocido a Margueritte me ha cambiado la vida. Tener a alguien en quien pensar con ilusión –alguien que no sea yo, quiero decir– me resulta raro. No estoy acostum- brado. Antes de ella, no había tenido familia."

“Tardes con Margueritte” es una novela cuya ternura te abraza y te mece. Se entremezclan el humor con la tristeza y la soledad que el protagonista siente por la falta del cariño materno, familiar. Un canto de amor al libro y al poder de lectura .


1/11/11

Encender la noche




Pongo llave a la puerta
y me asomo a la oscuridad de la ventana
para burlarme del frío de la noche.
Después me desvisto me acuesto
y apago las luces.
Con mis pies busco
los pies de mi mujer.

Juan Carlos Moises

Imagen:Hooper