Cuando al imperio de la eterna noche
tome su vuelo para siempre mi alma;
cuando mi cuerpo exánime repose
bajo una lápida,
si por ventura os acercáis un día
donde mi triste sepultura se halla,
humedeced siquiera mis cenizas
con una lágrima.
Yo no apetezco mármol...
monumento que la ambición
la vanidad levanta
manto suntuoso con que el necio orgullo
cubre su nada, no darán sus emblemas a mi nombre
el falso orgullo ni la gloria vana;
lo que yo quiero, lo que pido sólo, es una lágrima.
Lord Byron
Imagen:Pablodda
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