18/5/10
El Mar
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kavadioff, lo llevó a descubrirla.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar , temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
-¡Ayúdame a mirar!
Eduardo Galeano-El Libro de los Abrazos.
Imagen:Hanno Karlhuber
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3 comentarios:
Es tanta la belleza que encierra el mar, que a veces nos quedamos asombrados ante su inmensidad.
Un saludo
El mar, es algo maravilloso, entrar en el y sentir esa libertad, el silencio que te hace oír unos bellisimos cantos de amor.
Saludos
Si es verdad el mar te hace sentir y pensar en muchas cosas, es magico
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