Perderse, desaparecer, cambiar de identidad, renacer con otro nombre. He tenido esa tentación muchas veces, con frecuencia al viajar por países lejanos pero también deambulando por las calles de mi ciudad e incluso sentado en un sillón de mi casa. En todos los casos he experimentado el goce de tomar otro rumbo radicalmente distinto, aunque sólo fuera con la imaginación: matar al que eres es, entonces, una forma posible de inmortalidad, la única resurrección que está al alcance de nuestra mano."
Rafael Agullol: Visión desde el fondo del mar.
Imagen: Arman Guillauimin
2 comentarios:
Me encanta esto. Cuantas veces he deseado cambiar de rumbo.
Y a quien no Terra,creo que a la mayoria de la gente le gustaria hecerlo alguna vez en su vida
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