15/12/11

La Sonrisa Etrusca


"¡Qué hermosa vida!", goza el hombre, sintiéndose acariciado por esos ojos...

Su mano se mueve hacia ella bajo las sábanas, pero se inmoviliza antes de tocarla, en cuánto percibe una tibieza en el lienzo.

Allí se detiene como un peregrino ante el santuario final, mientras se deja mecer en las ondas tranquilas del aroma femenino.

Sus párpados, al cerrarse poco a poco, van adoptando una expresión final de beatitud.

Ya dormido, la mujer inmóvil le sigue contemplando enternecida.

Sonrisa de niña descubriendo al hombre; mirada de madre ante el hijo en la cuna; emocionada serenidad de hembra colmada por su amante.



La sonrisa etrusca (1985)-Jose Luis Sampedro.

Imagen :Rossana Stagnaro Frias

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me entusiasmó la historia de este libro en su momento, y estoy seguro de que volvería a hacerlo si de nuevo me detuviese en él. Pero he de reconocer que este momento que has escogido de sus páginas pasó a mi lado sin que me diera cuenta, cosa que suele ocurrir con las obras realmente grandes. Y en este ahora de mi vida, me hace repasar los escasos momentos en que los seres humanos ser todas nuestras edades, padres, hijos, amantes, guerreros...El amor, a veces, logra hacernos sentir el espejismo de tener frente a nosotros un ser total. Supongo que es preferible vivir al lado de un ser habitable y un poco predecible que de un ser capaz de serlo todo, como un dios antiguo. A mi edad, yo ya no sé qué decir, ni qué es lo que prefiero, pero creo que, mirando hacia mí mismo, hacia el centro de mi propio corazón, hubo un tiempo en que no me fue difícil ser hombre, hijo, amante, todo, al mismo tiempo...quién lo diría...

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Preciosísimo fragmento querida.

Feliz Navidad te deseo de corazón.