Ha cambiado la tarde de repente. El otoño
sin aviso, resuelto y extremoso, con nubes
de extravagantes pulsos y el color del azufre
avasalló al verano y lo expulsó del trono.
Vinieron estas sombras calentadas apenas
por tímido resol y ese silencio anómalo,
inquietante, que agranda por dentro los palacios
abandonados al bárbaro y su leyenda.
Mientras, unos rabúos de kimonos celestes
les disputan chiando las uvas de la parra
a las avispas. Y junto a un olivo el hacha,
un símbolo inequívoco del fuego y de la muerte.
Hasta ayer parecía la vida inagotable.
En apenas minutos los minutos se acortan
y aunque es muy pronto aún, se secan ya las hojas,
y aunque no hemos llegado, es demasiado tarde.
Andrés Trapiello en "Un sueño en otro"
Imagen: Daniel Rericha
Imagen: Daniel Rericha
1 comentario:
Un gran poema lleno de verdad, y de música.
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