16/11/12

Seda


Hervé Joncour vagabundeó por la aldea respirando el aire fresco de la noche y perdiéndose entre los callejones que recorrían la ladera de la colina. Cuando llegó a su casa vio que un farol encendido oscilaba tras las paredes de papel. Entró y encontró a dos mujeres de pie ante él. Una muchacha oriental, muy joven vestida con un sencillo kimono blanco. Y ella. Tenía en los ojos una especie de febril alegría. No le dejó tiempo para hacer nada. Se acercó, le cogió una mano, se la llevó a la cara, la rozó con los labios y después, apretándola fuerte, la puso sobre las manos de la muchacha que estaba a su lado, y la mantuvo allí, durante unos instantes, para que no pudiera escapar. Por fin, retiró su mano, dio dos pasos hacia atrás, cogió su farol, miró por un instante a los ojos de Hervé Joncour y salió corriendo. Era un farol anaranjado. Desapareció en la noche, como una pequeña luz que huye.
Seda- Alessandro Baricco

3 comentarios:

Leidi dijo...

Hermoso libro, uno de mis favoritos, la carta al final es insuperable.

Odel dijo...

Si a a mi también me encanto este libro Leidi
Gracias por tu visita

Clarissa Rodriguez dijo...

No he leído completamente aun, toda esta novela. Una historia de amor muy bien contada, con una especie de encantamiento que atrapa.