Ella sonrió y su sonrisa ilumino
mi mundo, era tan resplandeciente
que sentí que estaba soñando despierto,
quede hipnotizado, me quede mirándola fijamente
como se mira algo divino, me perdí en su mirada
y su mirada se perdió en mi, eramos uno solo,
nos convertimos en un bello poema encantado...
mi mundo, era tan resplandeciente
que sentí que estaba soñando despierto,
quede hipnotizado, me quede mirándola fijamente
como se mira algo divino, me perdí en su mirada
y su mirada se perdió en mi, eramos uno solo,
nos convertimos en un bello poema encantado...
Néstor Augusto Esquivel Donato
3 comentarios:
Una mirada basta para quedar hipnotizada... Muy hermoso.
Un cálido abrazo
Precioso!!
Si a mi tambien me parecio por eso quise compartirlo
Publicar un comentario