(…) subía a sollozar al punto más alto de la casa, junto a la sala de estudio, bajo los tejados, a un cuartito que olía a iris y perfumaba también un grosellero silvestre, crecido fuera, entre las piedras de la muralla, y una de cuyas ramas en flor entraba por la ventana entreabierta. Aquel cuarto, destinado a un uso más especial y vulgar y desde el que, durante el día, se llegaba con la vista hasta el torreón de Roussainville-le-Pin, me sirvió durante mucho tiempo de refugio –seguramente porque era el único que me permitían cerrar con llave- para todas mis ocupaciones que reclamaban una soledad inviolable: la lectura, la ensoñación, las lágrimas y la voluptuosidad.
Marcel Proust.- Por la parte de Swann.
3 comentarios:
Todos necesitamos en algún momento un refugio solo y exclusivamente para nosotros en el que nos sintamos protegidos y a resguardo del mundo.
Besos,
Si lo que pasa es que a veces cuesta encontrar ese refugio que sea solo tuyo
Besos Carmen
Ese Refugio, es cosa solo tuya.
Donde te encuentras sinesa soledad que necesitas pero acompañado por ese rincón tuyo.
manolo.
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