El olvido es caprichoso. Olvidamos dónde hemos dejado las llaves al llegar a casa, salimos a hacer la compra y olvidamos que más que nada queríamos comprar pan. El jersey que necesitamos con tanta urgencia lo olvidamos en la tintorería. Incluso las cosas y los sucesos más fundamentales se pierden como por sí solos en el olvido. Otros, por el contrario, permanecen vivos para siempre, grabados en lo más profundo de la cabeza y del corazón.
Todos los colores del sol y de la noche, de Lenka Reinerová
Imagen: Huguette Declercq
2 comentarios:
Cuánta verdad en este hermosísimo texto.
Preciosa cabecera Odel. Yo también la cambié hace unos días, voy a probar con más, a ver con cual me quedo.
Besitos
Gracias Carmen estaba cansada de la otra, de vez en cuando hay que cambiar no?... Por cierto la tuya de ahora me gusta mucho, mas que la anterior.
Besitos para ti taambien
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