Los cuerpos se quedaban del lado solitario del amor
como si uno a otro se negasen sin negar el deseo
y en esa negación un nudo más fuerte que ellos mismos
indefinidamente los uniera.
¿Qué sabían los ojos y las manos,
qué sabía la piel, qué retenía un cuerpo
de la respiración del otro, quién hacía nacer
aquella lenta luz inmóvil
como única forma del deseo?
Jose Angel valente
Imagen:Emilia Castañeda
2 comentarios:
Aunque han pasado ya muchos años desde aquellos tiempos tumultuosos de mi juventud, sigo pensando todavía que el amor y la vida solo son de quienes los combaten.
Carlos
El deso y el amor ,todos los buscan pero muy poco los saben realmente apreciar y disfrutar .
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