Mi vida era tan desnuda
como las grises peñas,
mi vida era tan fría
como las blancas alturas,
pero mi juventud se sentaba con ardientes mejillas
y se regocijaba: ¡ya llega el sol!
Y el sol llegaba y yo desnuda me tendia
todo el largo díasobre las grises peñas-
y entonces una fría brisa del rojo mar llegaba.
Edith Södergran
Imagen:Gabriel Pranich
1 comentario:
Me encantó, dos puntos de vista diferentes cronológicamente hablando
lo ve frío ahora pero en la juventud
siempre salía el sol...
Un abrazo
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