Es otoño. Estoy solo. Pienso en ti. Caen las hojas...
Vaga la melodía de una pena que ignoro.
El viento, que estremece marchitadas congojas,
pasa como un recuerdo por el bosque sonoro.
Es otoño. Parece que un ensueño renuncia,
que un desencanto esparce las efímeras galas...
Una dorada pompa que a la muerte renuncia,
con el paisaje mustio forma una lluvia de alas.
Estoy solo. Se siente que el otoño es un viaje...
Hay un alma que llora porque alguien se despide.
Este ocaso de plantas que enrojece el paisaje,
con mi desalentada serenidad coincide.
Pienso en ti, oyendo un canto perdido en lontananza.
Cantan las cosas muertas, la música del vuelo.
Como mi amor caído conserva su esperanza,
la floresta marchita quiere subir al cielo.
Caen las hojas. La selva trágica se derrumba.
Desparrámase un sauce cual generosa fuente.
Las hojas más diversas tienen la misma tumba,
y entremezcladas ruedan en un mismo torrente.
Tú eres como una brisa por mi huerto sonoro.
Mi vida es una rama que, a tu paso, deshojas;
y que tendrá a los vientos un destino que ignoro.
Es otoño. Estoy solo. Pienso en ti. Caen las hojas...
Pedro Miguel Obligado
Imagen:Vladimir Kush
3 comentarios:
El color dorado, los ocres y malvas predominan en las puestas de sol y en otoño, quizas por eso se toman del brazo de la melancolía.
Quiizas sea eso, de todas maneras el otoño siempre es melancólico
Gracias Capitan
Buen poema y foto has elegido para este otoño que se resiste a quedarse.
Me llama la atención el nombre de tu blog, aquí en mi tierra se le llama ababol a las amapolas y a las personas un poco distraídas, simples.
Me gusta esta palabra y la utilizo
Saludos
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