Durante los días de su infancia, el hijo del campesino soñó con la inmensidad del azul del agua. Había descubierto el mar en los ojos del viejo que murió en la montaña, a la sombra de los pájaros silvestres.La piel del antiguo marinero tenia un olor salobre y arrastran aun viento húmedo y violeta cuando cruzaba el atardecer en dirección opuesta a los océanos.
Cada mañana le viaje era una urgencia, pero el hijo del campesino posponía la partida y el mar iba llenandose de asombros,de misterio posibles.Los huesos del viejo marinero eran su brújula sin norte.Cuando creyó encontrar la ruta hacia la costa,le faltaban los dientes,ya no estaba en el aire ese olor salitroso que agitaba su sangre,quiso volver sobre las viejas canciones marineras y no encontró los versos,las tormentas,los amores perdidos,la distancia
De el Rumbo de los dias de Waldo Leyva
Imagen: Johan Schiner
2 comentarios:
Es un espacio magnífico este que tienes, gracias por la pista.Me quedo porque hay mucho por ver, empezando por esta entrada.
Un abrazo
Me alegra te guste
Gracias por la visita
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