noche tras
noche hasta que te quedabas dormida. Cuando no me quiera bañar, no me
regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las
veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te
bañaras cuando eras niña. Cuando veas mi ignorancia ante la nueva
tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas
esos ojos ni esas caras de desesperada. Recuerda mi querida, que yo te
enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y
peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida. El día que
notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y
sobre todo trata de entenderme. Si ocasionalmente pierdo la memoria o el
hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no
puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante. Solamente ten
presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y
que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen
caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las
ofrecí cuando diste tus primero pasos. Cuando estos días vengan, no te
debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés
conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de
mi vida con amor. Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que
tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré. Con una enorme
sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero
decirte que te amo, mi querida hija..
Autor: desconocido
4 comentarios:
Se me rompió el alma en mil trocitos...
Gracias por compartir la carta...muchos nos veremos reflejados, yo como madre y como hija...
Un beso.
Si es verdad es una realidad que a muchos les puede verse reflejados
Abrazos
Siempre que vengo me voy con la intención de volver más a menudo
Visitarte de nuevo ha sido un placer
Un Abrazo
Gracias a ti Princesa por tu visita
Un abrazo
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