La habitacion de invitados

Dos mujeres, dos amigas, ambas con caracteres semejantes, ambas modernas y triunfadoras, ¿Espejos una de la otra? Tal vez. Una se prepara para recibir a su esperada amiga, que tiene la intención de someterse a un tratamiento de medicina alternativa, la otra, la que llega, percibe la realidad de manera un tanto distorsionada: no es capaz de admitir la gravedad de su dolencia, ni lo inútil de la alternativa que se va a aplicar. Helen, en un intento por abrirle los ojos, choca con un sentimiento de negación, de no admisión de los sensatos argumentos que le exponen, pero que es la obligación de cualquier persona comprometida con la amistad. Será en estos duros momentos cuando las grietas deban de ser reparadas, la amistad consolidada, los malos momentos compartidos. Y todo con toques sutiles de humor y dolor, entrega y confrontación; con la dinámica extraña entre dos mujeres que están dispuestas a mantener sus ideales por encima de todo, incluso contra sus principios, su aprecio mutuo o su devoción compartida. Excelente novela para disfrutar en momentos de soledad, cerca del crepúsculo, o en la cama, cerca ya la hora de dormir, de reposar de un agitado día.

La habitación de invitados ahonda en los múltiples sacrifi cios que exige la amistad y se pregunta dónde están los límites de nuestra generosidad, de nuestra paciencia, de nuestra capacidad para
el autoengaño o de nuestro miedo a la muerte. Así, desde los primeros compases de la narración, el lector se deja llevar por la voz concisa, sutil y decididamente honesta de la narradora, a medida que ésta afronta con valentía un episodio extremadamente difícil de la vida.